martes, 25 de diciembre de 2012

CALMA....

Calma desde que te vi
Calma desde que apareciste
Pero un huracán despedazó mi mente y mis recuerdos más nítidos de la calma, cuando volábamos por sobre las nubes.
En ese mundo que sólo tú y yo conocemos, que sólo tú y yo construimos y que a veces se derrumba para volver a crearse desde la nada.
Esa calma que me inspira al mirarte, esa calma que me inspira al besarte y al soñarte perdido entre mis muros, entre los bosques de mi alma, niño triste y soñador que vuelas entre mis cabellos y te pierdes en mis sueños como las hojas en el viento.
A veces tu mirada parece perdida, a veces siento que mi voz no te toca, y que en cualquier momento desapareces de la faz de la tierra.
A veces creo que tus silencios se romperán con mi calma y que en el calor de la tarde abriremos los brazos hacia el sol y nuestras miradas se perderán en el vapor de la tierra.
Hay un vértigo constante en esta relación, hay unas cosquillas interminables en el vientre que me recuerdan estar viva.
Pero la incertidumbre de las certezas, las cavilaciones, las dudas y los porqués... necesitan salir y refrescarse a la luz de la verdad y la realidad.
Tú me llamas compañera, y me dices que significa mucho para ti, pero mi mente divaga y se confunde porque el pasado a veces resurge de las cenizas como el fénix y vuelve a dañarme y a rememorar el dolor. Mis inseguridades te van a cansar, lo sé, lo sé porque lo vi venir en algún sueño o en otra vida que viví. Al final todos se cansan y se van, así ha sido durante toda mi vida. 
Pero yo no quiero que te canses, yo no quiero ni contigo ni sin ti, yo no quiero un mañana sin ti ni quiero que dejes de mirarme así como me miras, como me tocas, así como me besas, no quiero...
Dame calma, dame calma, dame calma y no me digas que te vas, no me digas que no hay más, no me digas nunca que tu compañera ya no seré más. Compañeros seremos antes que novios, y eso me agrada aunque no lo entiendan los demás.
Bésame y dime que habrá calma para amarnos otra vez y que ya no habrá tiempo ni espacio que nos separe de nuestro sueño que comenzamos a construir juntos, mano a mano y bajo el tibio sol entre las hojas y el viento.