jueves, 31 de enero de 2013

Metamorfosis

Aquella metamorfosis que tanto pregonaba el señor Kafka, se hace carne viva en el presente de mi vida, de la vida de todo ser que camina por este mundo.
Desde el instante preciso en que nacemos, comienza el largo viaje de la transformación, de la metamorfosis, porque el cambio no existe, la materia no cambia, sólo se transforma. El paso de los años van haciendo completar el proceso de desarrollo del ser, pero cuando este proceso llega a su fin, es entonces que ha llegado el momento de detener la metamorfosis para continuar a un proceso más complejo quizás como la muerte, donde el envase ya no se seguirá transformando sino degradando hasta volver a la Madre Naturaleza que lo vió nacer.
Por años me he negado a seguir creciendo, a envejecer porque sé que en algún momento llegará la fecha de caducidad, y ya no seguiré transformándome.
Ese temor paralizante al futuro, al incierto futuro que está lleno de planes, de sueños y promesas... me aterra.
Síndrome de Peter Pan le llaman... yo sólo le digo "negación a la resignación". Me niego rotundamente a vivir el resto de mis días abandonada o postrada en una cama, sola o que un grupo de seres me rodeen y sienta lástima por mí. Quizás estoy siendo soberbia con lo que planteo, pero el paso del tiempo es horroroso! el envase se deteriora de tanto transformarse y el espíritu también. Se doblega ante la muerte y eso es debilidad de un ser que ya se rindió ante la vida y ante la muerte también.
Los pensamientos me abruman al hacer una recapitulación de lo que ha sido mi vida en estos últimos 21 años... incluso menos, porque la memoria comenzó a llegar después de los 3 años. Tengo tantos recuerdos, tantas vivencias, tantas emociones, tantas penas y tantas alegrías, me abruma pensar que todo eso desaparecerá algún día y que no dejaré huellas que recordar después... 
Maldita metamorfosis. No me permites ser siempre igual, ni siquiera en escencia! hay veces en que ya no sé que pensar, ni qué decir, ni quién soy. La identidad se me escapa por los poros de mi piel y se va lejos donde nadie pueda encontrarla.

Vete lejos y ya no me transformes más, que la vida se me va en un abrir y cerrar de ojos y quisiera detenerla por completo en su eterno girar.