sábado, 8 de agosto de 2015

CREER

Cuando estoy parada frente al espejo de mi alma y veo todo borroso y confuso, tengo ganas de tomar una roca y romper aquel espejo. Todo se torna obscuro y confuso a mi alrededor, mi rostro se mezcla entre la gente que transita sin rumbo fijo, dan vueltas y vueltas y me marean, me fatigan y me hacen caer. Quiero creer que existe una mano que me tomará y me levantará para sacarme de aquel círculo que me hizo caer, quiero creer que existes y que en mis sueños te harás real nuevamente.
Soy la mano que dijo adiós, pero quiero volver a creer que existes y quiero volver a sentirte cercano a mi mente, llenándome de pensamientos, de sueños, llenando mis labios de palabras y que no importa nada más, no más convencionalismos, no más reglas y normas, no más tabúes ni tapujos.
Quiero creer en el presente, olvidándome momentáneamente del mañana y del ayer. Olvidar lo que he construido hasta ahora y centrarme en este preciso instante, ahora, aquí.
Honestamente te espero, y espero seguir esperándote tal como tú me has esperado. Mis gritos son desesperadamente claros pero necesito estar atenta a tu espera, tus manos aún están abiertas para recibirme, tus brazos aún quieren cobijarme, tus heridas aún quieren ser besadas y curadas.
Mis miedos se van disipando lentamente con el paso del tiempo, quieren volver a renacer en felicidad, en gozo, en una explosión de alegría, algo que de paso a una nueva sensación de renacer.
El agua estuvo demasiado tiempo estancada y hay que dejarla fluir.
Hay que comenzar a creer y soltar las riendas y confiar hasta caer nuevamente.