sábado, 3 de agosto de 2019

Comienzos

Todo comienzo nace de un final, porque así son los ciclos de la vida, hay que morir para nacer. 
Y yo morí, agonicé lentamente y al fin morí.
Toda muerte tiene sus consecuencias pero al final de tanto laberinto de dolor pasado, encontré por serendipia una nueva oportunidad y renací.
Se me abrieron nuevos caminos, nuevas luces, nuevas ilusiones, nuevas decisiones.
Llegó al fin la paz, la calma luego de una tormenta interminable. Los remolinos cesaron y el mareo inicial comenzó a declinar para convertirse en un dulce mecer de mis pensamientos, que se columpian en el cálido aroma de las ilusiones y promesas incipientes.

Nunca te busqué, te esperé sí, pero no estabas en mis planes.
Eres una dulce coincidencia.
Eres la tregua que necesitaba mi alma.

No sé si tendrá un fin, no se si habrá un mañana para todo esto, solo sé que este nuevo comienzo me ha dado nuevas esperanzas y no quiero que termine.